27 junio, 2010

El Debate de Región de La Rioja (vía Twitter)

larioja.com realiza una galería de fotos sobre el Debate de estado de La Región del pasado 24 y 25 de junio, en el que varias de las fotos son de mi teléfono (quizás porque al estar en la esquina mi escaño es más fácil hacerme estas fotos, que por otro lado son públicas vía twitter twitter.com/felixcaperos ). Las fotos son de Juan Marín y reflejan algunos de los comentarios que me produjo la intervención de Sanz el jueves 24.

24 junio, 2010

24 de junio: San Juan en la Florida

La Florida esta mañana en Casalarreina, foto panorámica de J.A.Hueto. ¡Fantástico!

22 junio, 2010

¡La Florida se inaugura el 24 de junio!

Por fin, después de unos meses de obras, y lo que es más importante, después de mil problemas sorteados con la reforma de la Florida, llegamos al final del trayecto.

Después de los impedimentos que patrimonio nos hizo (interesadamente) durante meses, incluso obligandonos a cambiar el primer el proyecto. Después de la ignominia a la que nos sometió el PP en la Mancomunidad, incluso con querella penal incluida (que perdieron por falsa y maintencionada), al fin el jueves, día de San Juan, festividad local, inauguramos la Reforma de La Florida. Incansables al desaliento.

Gracias al empeño personal de este Equipo de Gobierno, que ha tenido que hacer frente a los muchos impedimentos impuestos por parte del Gobierno regional, y del PP local, e incluso a descalificaciones como las del blog del PP de Casalarreina, que han llegado a calificar de "Floridacidio Caperil" y otras lindezas esta reforma (¿qué dirán ahora?), al fin, que es lo que de verdad importa, tenemos plaza nueva y renovada.

Felicidades a todos los ciudadanos de Casalarreina que lo merecen, especialmente a quien apoyan el progreso y no ponen palos en las ruedas, como quienes todos sabemos. Enhorabuena a Casalarreina.

Fotos de la noche del 22 al 23 de junio de 2010:

10 junio, 2010

Pablo Iglesias, 100 años después

Hoy los Socialistas celebramos que Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, llegara a las Cortes españolas como primer diputado Socialista un 10 de junio de 1910, nada más y nada menos que ¡100 años!

Sobre Pablo Iglesias hay mucho escrito, y la verdad es que casi todo es bueno. No es para menos. Por ello no me extiendo; además los periódicos (Público y El País) y la web del PSOE han narrado de manera extraordinaria lo que significa para los socialistas estos 100 años de la llegada de Pablo Iglesias a las Cortes españolas.

Hoy sólo quiero manifestar mi homenaje a esta gran figura del socialismo y de la historia de España. Hoy, mi abrazo fraternal al recuerdo de un hombre que emociona y que sigue vivo en la memoria de cada socialista. Por ello, mi orgullo y mi reconocimiento a Pablo Iglesias.

Por cierto, también manifestar mi orgullo y reconocimiento a los dos presidentes Socialistas que ha alumbrado el voto libre y democrático de los ciudadanos españoles desde 1978. Larga vida al PSOE y a las ideas de Pablo Iglesias.

09 junio, 2010

Feliz día de La Rioja, 2010

Desde Casalarreina, en este 9 de junio de 2010; desde el corazón de La Rioja, desde el último pueblo por donde pasa el rio Oja como tal, y desde unas vistas preciosas del valle del Oja, os deseo un feliz día de nuestra tierra: LA RIOJA

08 junio, 2010

La Vida loca y las culpas, por Ignacio Escolar

"Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, dice el gobierno alemán y responde a coro el de Reino Unido. “Hemos”, sí. Nosotros. Usted y yo; no me ponga ahora esa cara. Tal vez falle su memoria y no se acuerde de aquella vida mejor y derrochadora. O tal vez sea de esos infelices a los que la memoria les funciona muy bien, y aún recuerda cómo empezó todo. No fueron las pensiones ni el coste del despido ni los sueldos de los funcionarios.

Sucedió hace ya dos años, cuando el sector financiero infló un inmenso globo de mierda que estalló, y nos llenó de mierda a todos. ¡Cuánta basura ha llovido desde entonces! Primero socializamos las pérdidas, y endeudamos a los estados. Reflotamos los bancos, les devolvimos las llaves a los mismos dueños que los habían estrellado y, con una palmadita en la espalda, les pedimos que para la próxima tuviesen más cuidado. Alguien habló de refundar el capitalismo, algún ingenuo. Pero condenamos a Madoff, que el que la hace la paga (ja, ja). Y así nos arrastramos hasta mayo de 2010, cuando el mismo sector financiero que había provocado la crisis se puso a especular contra la misma deuda pública con la que se les había rescatado.

Era una competición desigual: el mercado financiero global contra un montón de divididos estados. Desde ayer, es obvio quién ha ganado. El primer país de la UE, Alemania, anunció que se apretaba el cinturón. Es una mala noticia. Significa que en Europa tonto el último, y que su deuda saldrá más barata, ergo la nuestra más cara. Que el final de la crisis tardará más en llegar, porque el consumo se frenará. Que habrá más recortes sociales. Que la soberanía popular cotiza en bolsa, y que su precio cae en picado. Pero lo peor es otra cosa. Hemos asumido que la culpa fue nuestra; y que por eso merecemos la penitencia."

Blog de Ignacio Escolar (siempre recomendable) http://www.escolar.net/MT/archives/2010/06/usted-tiene-la-culpa.html
 

07 junio, 2010

"La puñetera verdad" por Javier Cercas

Es una pena que la discrepancia entre Almudena Grandes y Joaquín Leguina a propósito de un artículo de este último (Enterrar a los muertos, EL PAÍS, 24-5-2010) no haya provocado un debate articulado sino solo un agrio intercambio de acusaciones; también es una pena que la discrepancia radique en un punto sobre el que no hay discrepancia posible, porque hace tiempo que fue zanjado por los historiadores: es imposible equiparar el terror del bando franquista con el terror del bando republicano durante la Guerra Civil, al modo en que lo hace Leguina, porque el segundo duró el tiempo que el Gobierno legítimo tardó en tomar el control de su zona y se practicó sin su aprobación (o al menos sin su aprobación explícita), mientras que el primero duró toda la guerra y fue organizado por las autoridades como parte de una guerra de exterminio; dicho de otro modo: equiparar la España leal con la España rebelde porque en ambas se cometieron crímenes es una aberración similar a equiparar el Estado democrático con ETA porque el Estado democrático creó los GAL. No obstante, hay en el texto de Leguina una analogía aún más inquietante. "¿Por qué no aceptamos la verdad de una puñetera vez?", escribe Leguina, sin duda interpelando a quienes postulan que la nuestra fue una guerra de buenos contra malos. "La inmensa mayoría de la derecha española renegó de la democracia durante la República y, desde luego, durante la guerra... Pero es que la izquierda, en gran parte, hizo lo mismo, tomando la deriva revolucionaria". La afirmación no es inquietante por lo que dice, sino por lo que presupone: no solo que en los dos bandos se cometieron atrocidades (cosa obviamente cierta), ni que una parte de los republicanos no creía en la democracia (cosa asimismo cierta), sino que los dos bandos contribuyeron por igual a la destrucción de la democracia y que por tanto comparten por igual la responsabilidad política de la guerra. Si esa es la puñetera verdad que Leguina nos pide que aceptemos, yo puedo decirle por qué no la aceptamos: porque es una puñetera mentira. Y además una mentira peligrosa, dado que atañe a un problema esencial de nuestra relación con el pasado reciente y, en esa medida, también al presente.

Me explicaré contando una historia: la historia del héroe de mi familia. Pónganle ustedes a la palabra héroe todas las comillas que quieran: mi madre, que era una niña cuando todo ocurrió, no le pone ninguna. El protagonista se llama Manuel Mena, era tío carnal de mi madre y pertenecía a una familia católica de pequeños propietarios rurales extremeños. Cuando estalló la guerra, Manuel Mena contaba 16 años. Exaltado por las arengas falangistas, de inmediato intentó alistarse en el ejército de Franco; no lo consiguió, pero en los meses siguientes volvió a intentarlo varias veces. Por fin, al cumplir la edad reglamentaria, pudo incorporarse a filas. Manuel Mena peleó en la Ciudad Universitaria de Madrid y en Teruel, se distinguió por su arrojo en diversos combates, ascendió fulgurantemente, y en octubre de 1938, con apenas 19 años, había alcanzado el grado de alférez. Una mañana de ese mes, cuando estaba a punto de cruzar el Ebro al mando de su unidad, una bala perdida le perforó el estómago; murió el mismo día, mientras lo trasladaban a lomos de un mulo a un hospital de la retaguardia. Siempre que recuerda a Manuel Mena, mi madre lo recuerda de permiso en el pueblo, enfundado en su uniforme blanco de los Tiradores de Ifni, bailando o paseando con sus amigas, aureolado por su prestigio romántico de guerrero, y sobre todo recuerda que, cada vez que partía de nuevo hacia el frente, su madre le despedía entre lágrimas. "Madre, no seas cobarde", eran siempre las palabras de despedida del soldado. "Si me matan, que nadie te vea llorar". Y el día en que le llevaron el cadáver de su hijo, la madre de Manuel Mena no lloró; en medio del silencio de la multitud que rodeaba el féretro, solo alcanzó a hacer un débil saludo fascista y a decir con el hilo de voz que le salió de las entrañas: "¡Arriba España, hijo mío!".
Esa es la historia, o esa es al menos tal y como la recuerda mi madre. Sea como sea, nadie tiene derecho a poner en duda la integridad moral de Manuel Mena, la generosidad de su idealismo y la pureza de sus intenciones: nadie puede dudar de que fue a la guerra porque, cuando todavía era un chaval, le convencieron de que su familia, su patria y su religión estaban en peligro, y de que merecía la pena morir por ellas; nadie, claro está, excepto quienes se resignan a no entender una palabra del funcionamiento de la historia y de los hombres, y por lo tanto no aceptan la evidencia de que el fascismo, igual que el comunismo, fue para muchos una forma subyugante de idealismo, un ensayo de bajar el cielo a la tierra, ni la evidencia complementaria de que los peores infiernos de la historia también se han fabricado con las mejores intenciones. Pero, si desde el punto de vista moral nada indica que Manuel Mena se equivocase, desde el punto de vista político no hay duda de que lo hizo: aunque harto más imperfecta que la actual, la II República era una democracia tan legítima como la actual, y Manuel Mena respaldó con las armas un golpe de Estado contra ella. Esa es la cuestión: Manuel Mena tal vez acertó moralmente, pero no políticamente. Y, como él, tantos otros. Por eso es falso que los dos bandos contribuyeran por igual a la destrucción de la democracia y que compartan por igual la responsabilidad política de la guerra: los responsables políticos de la guerra fueron quienes dieron un golpe de Estado contra la legalidad republicana, no los que la defendieron. Es verdad que muchos de los que defendieron la II República no creían en la democracia, como dice Leguina; pero el hecho es que defendieron un régimen democrático. Todo lo cual significa que desde el punto de vista político la Guerra Civil sí fue, contra lo que predica un cliché tramposamente ecuánime, una guerra de buenos contra malos: como en casi todas las guerras, en la nuestra no hubo un bando moralmente del todo bueno y un bando moralmente del todo malo, pero sí hubo, como en tantas otras guerras, un bando políticamente bueno y un bando políticamente malo, un bando que defendió la legalidad democrática y un bando que la destruyó; salvando las distancias, es algo semejante a lo que ocurre ahora mismo en el País Vasco: si juzgamos allí una aberración la equidistancia política entre los terroristas y los que no lo son y no tenemos ninguna duda de que hay buenos y malos y de que políticamente los buenos son quienes defienden el sistema democrático -aunque crearan los GAL- y los malos son quienes lo atacan -aunque alguno sea tan idealista como Manuel Mena-, ¿por qué en cambio tantos defienden la equidistancia y afirman que no hay buenos y malos cuando se trata de la II República, que es el único precedente posible de la democracia actual?
Porque eso es lo puñetero y lo peligroso de este asunto: que no estamos hablando del pasado, sino de la relación del presente con el pasado; es decir, del fundamento histórico de nuestro sistema democrático. Por supuesto, solo quien no sabe lo que fue el franquismo puede decir que la actual derecha española es franquista; pero esa derecha comete un serio error al no cortar del todo el cordón umbilical que todavía la une al franquismo y no buscar sus raíces y las raíces de la democracia en la democracia que destruyó el franquismo.
No hay democracia sólida que no esté basada en un acuerdo mínimo acerca de su origen histórico; la nuestra no lo está, sobre todo porque gran parte de la derecha -y al parecer ahora también una parte de la izquierda- no acaba de asumir que sus orígenes no pueden hallarse en ninguna mistificación justificatoria de una dictadura. Me pregunto si no lo asume porque está atrapada en un malentendido: porque cree que lo que se le exige es que renuncie moral y políticamente a los suyos, es decir, porque cree que, además de reconocer que los suyos estaban políticamente equivocados, debe reconocer que todos eran moralmente abyectos. No es así: lo único que se le debe exigir a la derecha es que en este caso distinga entre moral y política, y que, sin quitarles necesariamente la razón moral a sus antepasados, les quite la razón política.
En cuanto a mí, no sé si, como mi madre cree, Manuel Mena fue un héroe, quiero decir un héroe moral, pero lo cierto es que yo nunca me he avergonzado de él; ahora bien, estoy seguro de que políticamente fue un villano. Esa es la verdad, mamá. La puñetera verdad.
 
Javier Cercas es escritor.
Publicado ayer domingo, 6 de junio en El País http://www.elpais.com/articulo/opinion/punetera/verdad/elpepuopi/20100606elpepiopi_13/Tes
 

03 junio, 2010

La Florida de Casalarreina de noche...¡¡¡maravilla!!!

Esta noche, del miércoles 2 de junio, hemos puesto en marcha la nueva iluminación de La Florida. Se trata de una iluminación ornamental, que se proyecta hacía los edificios para ponerlos en valor. Creo que lo conseguimos. He hecho estas fotos junto a mi hijo Javier, que me acompañó como extraordinario ayudante, y las comparto con todos vosotros. La Florida es una maravilla y esta remodelación saca lo mejor de nuestra plaza.