31 marzo, 2007

¿De qué se rie Aznar?

Quiero comenzar este post disculpando mi ausencia en el blog, ya que desde hace unos días no he colgado ningún comentario, pues otras ocupaciones me han mantenido alejado del compromiso que yo mismo me he creado, ya que me consta que al menos uno o dos amigos leéis.
Después de tantos días alejado han pasado muchas y pocas cosas que contar.
Así, en La Rioja durante este tiempo he tenido sesión parlamentaria (la última) en la Asamblea riojana. Como la aurora, sí, como el rosario de la Aurora salimos de esta sesión, en la que me tócó interpelar al Gobierno de Pedro Sanz sobre urbanismo en La Rioja. No me contestaron a nada de lo que les pregunté. Lo hice sobre varios aspectos como por ejemplo, un Chalet "ilegal" de una senadora del PP, que con sentencia de derribo no lo tiran; les pregunté sobre una construcción de Pedro Sanz en Villamediana, al parecer tenía una "caseta de aperos", y como por arte de mágia a lo largo de estos años se ha transformado en un autentico chalet, eso sí, sin proyectos y de aquella manera (mientras a un servidor, y a otros, nos tienen machacados con nuestras licencias ¡qué doble vara de medir!); les pregunté por la actividad de diversos Alcaldes riojanos del PP (esto es de traca), por un lado son constructores en sus pueblos, son promotores, también en sus pueblos, y por otro ejercen de alcaldes. Es inconcebible lo de ser ALCALDE-CONSTRUCTOR Y PROMOTOR (y del PP), en el pueblo donde ejercen la autoridad de Alcalde y a la vez regulan el urbanismo (Lardero, Alberite y Santurde, por poner algunos ejemplos). En fin nada de nada. Por otro lado, tuve un incidente con el que se hace llamar Presidente del Parlamento, el Sr. Ceniceros, ya que ha terminado esta legislatura como la empezó: de censor de diputados. Os cuento este pequeño incidente, en un momento dado del debate me cortó mi intervención, como ha hecho en toda la legislatura, y me enzarcé con él, me comentó algo así como que "que vergüenza", y como estaban los forestales (tienen un lio tremendo con el Gobierno), le dije "vergüenza la suya, que encima su padre ha sido forestal" (así literal), aludiendo al trato que les dispensan. Ahí se montó un lio tremendo, se conoce que como hablaba de golpe del 23f y de la actuación de "El País" en aquel día (salí con un ejemplar del diario en solidaridad al boicot) se dio por aludido o pensó yo que sé qué. Yo creo que más buscaba desviar la atención, pero bueno, es su problema, porque aunque blando no suelo ser, no me gusta hablar y faltar a la vez como a Cuevas y compañía. En fin, Parlamento agotado y Ceniceros al servicio y dictado de Pedro Sanz.

En relación a la política nacional, más de lo mismo: crispación "made in PP", aunque a decir verdad se les ve con menos credibilidad cada día y perdiendo gas, esa es mi impresión. Sólo añadir lo de Díaz de Mera y su declaración en el juicio del 11m, que es como para echarse a temblar: que un cargo público se niegue a colaborar de esta manera con la justicia da la medida de lo que se puede esperar de este PP. Pero es que lo peor no es que lo de colaborar, porque si fuese verdad lo que dice (famosa teoria de la conspiación) y no se lo cuenta al Tribunal, ya de por sí es lamentable, lo peor viene de que como es tan falso lo que este individuo insinúa, es tan mentira, es tan de basura, que no tiene nada que contar, y eso cuando hay 192 cadaveres todavía en la memoria llega a ser verdaderamente asquesoro y miserable. Este hombre no debería durar ni un minuto más como representante de ciudadanos después de esta actuación. De pena.

Por último, he querido poner la foto de Aznar, ya que se han cumplido este mes el triste aniversario del comienzo de la guerra de Irak, que día tras día está dejando muerte y nada que muerte. ¿De qué se puede reir Aznar?

18 marzo, 2007

¿Contribuye el PP hacer un país mejor?

Yo creo que no. Pero para que quien no coincida conmigo, que haberlos haylos, así como 9 millones de personas, no quiero que esta contestación al enunciado parezca que mi parecer a todo lo que hace el PP, o a todo lo que ha hecho, sea negativo (aunque lo sea mayormente). No. De hecho, sin que sirva de precedente (ya que tampoco hay que pasarse y dar muchas bazas al adversario) diré que el haber quitado la mili a mí me pareció una decisión acertada.
No, de lo que ahora se trata es de dilucidar si este PP, en la labor que los ciudadanos le pusieron el 14 de marzo del 2004, con aquellos más de 11 millones de votos para Zapatero, es decir: en la oposición, contribuye a que España (palabra que tanto tienen en boca) sea un país mejor, o si por contra, con su actuación, no suma sino que divide. Yo creo que más bien es esto último. De hecho las manifestaciones a las que nos obsequia, domingo sí, domingo también (y eso que antes le decían a Zapatero "pancartero"), no creo que busquen más que la movilización de su gente, para que la derrota (ellos querrán ganar, claro) electoral de mayo les permita sobrevivir hasta 2008 y tener una oportunidad, aunque sea a costa de llevar toda la crispación (artificial, por otra parte) a los ciudadanos. Creo que esta política de tensión y división (artificial) puede dar su rédito a corto plazo (partido más cohesionado y que no le muevan la silla a Rajoy hasta mayo), pero a la larga no puede ser buena ni siquiera para el PP. Creo que se están pasado de frenada y el centro político, que por otra parte llevan buscando sin querer encontrarlo, se les aleja y con ello sus espectativas electorales. Pero sin duda para quien no es buena esta actitud tan radical y de crispación es para esta España del siglo XXI, que vive con otros problemas y otras preocupaciones que las que el PP intententa forzar. Veremos.
Como dice Forges: "es más lo que nos une que lo que nos separa". Que sea siempre así. Ah, y por cierto: ¡¡¡ No a la guerra !!!
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EL NACIONALISMO ESPAÑOL
Otra cosa, he leído este artículo de Ramoneda en el País y como no puedo estar más de acuerdo con él, lo cuelgo para disfrute y análisis del mismo:
DESPUÉS de tantos años de denostar a los nacionalismos periféricos, los nacionalistas españoles han demostrado comportarse como unos nacionalistas cualquiera, vascos o catalanes, pongamos por caso. La manifestación de banderas del sábado día 10 en Madrid -se veían más rojigualdas que manifestantes- es la culminación de algo obvio pero que muchos negaban, como acostumbra a ocurrir en los nacionalismos con Estado: que el nacionalismo español es tan excluyente, tan victimista y tan sectario como cualquier otro. Y como todos los nacionalismos se define contra otro u otros. La paradoja del nacionalismo español es que, aunque sea por la fuerza de la ley electoral, a veces está obligado a aliarse con los otros nacionalismos que le dan sentido.
En la campaña publicitaria de la manifestación del PP, Mariano Rajoy ya dio el tono, convocando "a la gente sensata y de bien". Es un clásico: el nacionalismo arrogándose el privilegio de otorgar cartas de autenticidad. El líder que cree hacerse fuerte dividiendo a los españoles entre buenos y malos ciudadanos. Los que siguen al PP son gente de bien; los que no, son gente de mal, una amenaza para la patria. El que quiera un certificado de buen patriota, que asista a las manifestaciones del PP.
Después, la apropiación de los símbolos: la bandera, el himno, las canciones de la transición, todo como si fuera patrimonio de un solo partido, que es el que otorga los derechos de la corrección nacional. Con o sin águila, la bandera ya viene suficientemente marcada por los años de franquismo como para que, con este nuevo secuestro, quede perfectamente inutilizada como símbolo colectivo por los siglos de los siglos.
Todos los nacionalismos han utilizado estos mecanismos de exclusión. Frente a la palabra patriota sólo cabe una figura: el traidor. Pero, por lo general, las naciones fuertes e integradas no necesitan recordar permanentemente la frontera que separa al buen del mal ciudadano. Su fuerza les da margen a la tolerancia. La parafernalia nacionalista queda reservada a los ritos oficiales, sin mayor trascendencia. Algo falla cuando los nacionalistas de una nación con poder se comportan igual que los nacionalismos melancólicos con déficit de Estado. Últimamente, una nación tan consagrada como la francesa ha dado síntomas, por ejemplo, en materia lingüística, de comportarse como vascos o catalanes. E incluso algunos han empezado a preguntarse qué era Francia. Pregunta insólita que durante muchos años era retórica, porque sólo se admitía una respuesta: Francia.
Qué es España nunca ha estado del todo claro. Pero hasta la llegada del Partido Popular al poder, un nacionalismo español eficiente, que, superados el trance del 23-F y sus efectos, pocas veces alzaba la voz con la truculencia actual, había ido trampeando las presiones periféricas y las inquietudes centralistas. Aznar reconstruyó la versión fuerte, ideológica y ruidosa del nacionalismo español sobre la base de la lucha antiterrorista. Y Mariano Rajoy ha aprovechado la osadía o la imprudencia de Zapatero para seguir dando alpiste patriotero a su electorado. Cuando el nacionalismo se hace victimista -todos los días se acumulan en la prensa los artículos sobre el fin de España, la destrucción de la patria y otras catástrofes parecidas-, por lo general es que están ocurriendo dos cosas: que hay conciencia de que la vieja idea de la nación, de España, en este caso, ya no se corresponde con la realidad, y que los que se consideran garantes del destino nacional no tienen el poder y apelan a los miedos de la gente para recuperarlo.El presidente Zapatero no es un hombre con la sensibilidad nacionalista a flor de piel. Ha querido resolver el problema de España y quizá esté comprendiendo que no fue en vano que algunos de sus ilustres predecesores -tanto centrales como periféricos- optaran por la convivencia. El sólo hecho de poner sobre la mesa la vaga idea de España plural ha hecho saltar los resortes del nacionalismo español. Y puesto que todo el mundo sabe que el nacionalismo tiene todavía, en todas partes, poder de coacción y capacidad de arrastre, el PP se ha subido con las banderas al monte. Sin duda, es un problema para un Gobierno, en este caso el de Zapatero, perder el control del discurso nacionalista. Pero hay que agradecer al presidente su intento de ir introduciendo a España en un universo posnacional. Me gustaría creer que hay suficientes ciudadanos dispuestos a continuar por esta línea, a pesar de los nacionalismos españoles y periféricos. Desmitificar las patrias sigue siendo la revolución laica pendiente.

11 marzo, 2007

PP ¿Contra el terrorismo o contra el gobierno?


Un poco de humor, con permiso de Forges, El Roto, Romeu y Peridis, para analizar la situación.

08 marzo, 2007

PP: No han asumido la perdida del poder

Tomo prestada la tira de Peridis, quien nos da una (la) clave de lo que está haciendo el PP.

04 marzo, 2007

Zapatero y la paz.

Cuando las cosas se ponen difíciles es cuando un gobernante debe estar a la altura. También los cargos y los que defendemos la actuación de este gobierno debemos pronunciarnos.
Quiero expresar mi apoyo al Presidente Zapatero. No es fácil tomar decisiones. Yo que he sido Alcalde de un pueblo como el mio, pequeño, cada día hay que tomar decisiones que no siempre son fáciles. Imaginar lo que un Gobierno, un Ministro (gran Rubacaba) y un Presidente deben afrontar da vértigo. Sin embargo, creo que la buena fe de la actuación del Gobierno y su acierto es algo que merece la pena reseñarse. Que lo fácil era dejar morir a de Juana, es posible; que hubiera sido un error, desde luego; que supone un esfuerzo didáctico, también.

Mucho ánimo Zapatero. Creo que la gente que no se manifiesta, con banderas como la requeté o la del yugo y las flechas son bastantes más que las que sí lo hacen de la mano del PP. Tienes la legitimidad de más de 10 millones de papeletas, espero que se pueda revalidar al año que viene, pero no soy adivino, aunque me da que sí; pero hasta entonces gobierna y busca la paz. Ánimo.