Cine de invierno en Casalarreina

Cuando se gestiona un pueblo como el nuestro, y la cosa tira para adelante (y vaya que si tira) hay muchas cosas a las que a uno le hace sentirse feliz y estar agradecido.

Comprobar como a través de las decisiones que vamos tomando cada día se cambia tu pueblo de arriba abajo, no sólo es una satisfacción, es una maravilla ("no la va a conocer ni la madre que la parío", dijo alfonso Guerra de España en el año 82) y un privilegio que nos hace sentirnos muy felices.

Quién no soñaba en Casalarreina con tener un lugar cubierto como el nuevo Polideportivo "El Soto"; o la rehabilitación de nuestra maravillosa Plaza de la Florida; o la nueva Avenida la Paz; y que decir del Ayuntamiento que se caía; o el entrañable proyecto de contar con una biblioteca... y tantas y tantas obras que estamos llevando a cabo con la ayuda de la mayor parte del pueblo. Para eso pedimos en su día la confianza a los ciudadanos, y gracias a ellos estamos pudiendo llevar a cabo toda esta impresionante (lo siento por los detractores, pero es así) transformación urbana. Ya os digo, un privilegio para los cinco concejales que integramos el equipo de gobierno.

Pero aparte de las grandes y necesarias obras que están cambiando el pueblo, hacían falta otras cosas. Se trataba, y se trata, de llegar a lo más pequeño, a lo que no se ve pero que es tan importante como las grandes actuaciones. El día a día. Esas cosas que algunas madres y padres te dicen que falta en una localidad como la nuestra, pero que no se hacían por parte del Ayuntamiento anterior: cursos de inglés, torneos deportivos, cursos de informática, cursos de cocina, cine, poesía, charlas, conferencias, etc.

Y es verdad. ¿No es acaso el invierno, en un pueblo de 1.400 habitantes, muy largo si no se hace nada? ¿Por qué antes el Ayuntamiento pasaba de todo? ¿Por qué sólo las asociaciones eran las que organizaban actividades? ¿Y el verano? ¿Por qué el Ayuntamiento ni siquiera se planteaba hacer un torneo de frontenis o un cross? En fin, así era, y era un desastre, como todo lo que dependía (y depende) de Isasi. Sólo le preocupaba estar todo el día en Madrid en el Senado y cobrar su sueldazo. De Casalarreina pasando y que no le diera guerra. Pero eso es pasado, y no quiero hablar ni de él ni del PP, que harto daño hacen faltando y poniendo palos en las ruedas en cada momento.

Os decía que eso tenía que cambiar, y vaya que si ha cambiado. El Ayuntamiento organiza, con gran esfuerzo de los concejales de gobierno, trabajadores y colaboradores, cursos de cocina, cursos de ingles (básico y avanzado), cursos de informática (de todos los niveles), cursos de verano universitarios (frustado por la matrícula, pero organizado), conferencias, recitales de poesía, conciertos de todo tipo, ludoteca en verano de mañana entera, concursos de fotografía digital, etcetera. Y vamos a por más. Ahora el próximo reto será organizar una completa semana cultural, donde ya hay algunos ciudadanos que se han ofrecido a colaborar, y que a buen seguro, junto con ellos, conseguiremos ofrecer una buena oferta cultural. Y todo ello sin olvidarnos del gran esfuerzo que ofrecen las diversas Asociaciones de nuestro pueblo. Atentos estos días, por ejemplo, a la Cabalgata de Reyes que año tras año organiza el grupo Scout. Impresionante.

Todo esta historia viene a cuento porque os quiero hablar de algo pequeño, pero que a la vez es muy grande. Se trata del CINE. Algo mágico y que nos traslada a nuestra infancia, pues cuando eramos pequeños nos lo ponían en el salón parroquial de Casalarreina, y allí nos fuimos criando generaciones de niños y de niñas domingo tras domingo. ¿Y por qué no ahora en Casalarreina poner cine para las largas tardes de invierno?

Pues claro que sí. Desde hace algún tiempo gracias a la iniciativa de los Concejales de Cultura y Festejos (Esther y Pedro, que son los que se lo "curran" todos los domingos), podemos disfrutar todas las semanas de Cine en nuestro pueblo (y gratis). No costaba tanto. Un poco de inversión para comprar un proyector, y sobre todo el compromiso de dos concejales para organizar la tarde del domingo para que todo salga bien. A cambio, la felicidad de muchos niños (y no tan niños) que desde hace semanas tienen una alternativa a los domingos por la tarde. Esa es la grandeza de las cosas pequeñas y me apetecía contároslo.

Por cierto, estas navidades habrá más Cine. Y muchos días (quizás demasiados), pero ahí está el Ayuntamiento y los Concejales del Equipo de Gobierno, de un pequeño (gran) pueblo para demostrar que gobernar es mucho más que hacer calles y plazas.

A cambio, la sonrisa de los niños. Eso si que no tiene precio.