25 febrero, 2013
A vueltas con la reforma local...
Esta mañana hemos realizado una rueda de prensa sobre la "Impresentable Reforma local" que ha presentado PP...
Etiquetas:
alcaldes,
Ayuntamientos,
concejales,
local,
municipios,
psoe,
reforma local
19 febrero, 2013
En defensa de los Alcaldes y los Concejales (intervención en el Parlamento de La Rioja 6-2-13)

EL SEÑOR PRESIDENTE: Siguiente proposición no de ley, del Grupo
Parlamentario Socialista, relativa a que el Parlamento de La Rioja inste al
Gobierno de España a tramitar, con urgencia, y aprobar un nuevo modelo de
financiación local (Ley de Haciendas Locales), conjuntamente con la Ley Básica
del Gobierno y la Administración Local, así como incorporar una memoria
económica a esta última ley.
Para defender esta iniciativa,
tiene la palabra el señor Caperos.
EL SEÑOR CAPEROS ELOSÚA:
Muchas gracias, señor Presidente. Señorías, muy buenas tardes.
Muy buenas tardes también al
público asistente en esta Cámara y a la paciencia que muestra Pleno tras Pleno,
con lo que aquí sucede. Es posible que el público presente, así como muchísima
gente, hayan venido a escuchar esta tarde a los diputados y no sé si también a
este diputado hablar de los ayuntamientos. Yo hoy les voy a hablar de los
ayuntamientos riojanos.
Señorías, hace ya unas horas
que en Tirgo Juan Mari, su Alcalde, ha terminado de repartir gasoil con el
camión. Estos días andan apurados por el invierno, pero hoy ha terminado ya su
jornada. Ahora, con el camión ya preparado y listo para mañana a las seis, le
espera Gerardo en el Ayuntamiento, pues esta noche toca reunión de la Mancomunidad
en Cuzcurrita, aunque antes se darán una vuelta por el depósito de agua para
vigilar el clorador.
No muy lejos de allí, en
Cuzcurrita de Río Tirón, Román, que esta semana está de tarde en la gasolinera
y se le hacen eternas, apura su jornada entre coche y coche revisando los
papeles que le ha dejado el secretario. Esta noche, cuando termine en la
gasolinera, más tarde de las diez y sin cenar, irá a la mancomunidad que él
preside y seguro que hoy también tendrá alguna petición de ayuda de emergencia,
la cosa está mal.
Bien lejos de Cuzcurrita, en
Canales de la Sierra, José Luis, al que hace un tiempo su corazón le avisó de
que se tomara las cosas con más tranquilidad, ha estado junto con otro Concejal
quitando muebles de la casa del médico y llevándolos a la casa de las Asociaciones.
Allí han hablado con preocupación del médico, de la enfermera y de las
ambulancias. El servicio de ambulancias en la sierra, con la gente tan mayor,
hace que los minutos sean oro.
Sin embargo, en Zarratón,
Jesús, el Alcalde, y Jesús, el concejal de Festejos, y Víctor, el tesorero,
están contentos. Han terminado las fiestas de San Blas y Santa Águeda sin
problemas, todo ha salido bien. Ahora tienen que desmontar la barra del frontón
y llevársela en el remolque con todos los bártulos, pero están contentos.
En Gimileo, Virginia, César,
Quintín han quedado mañana, como cada jueves, pues quieren ir preparando una
exposición de fotografías para Semana Santa y hay que limpiar y pintar la sala
del Ayuntamiento. Este año César, en vista del éxito que tuvieron los camarones
que compró en la pescadería de Casalarreina, tiene preparada otra sorpresa para
las fiestas, aunque tenga que ir a comprarla bien lejos y luego liarse a
cocinar, pero dice que merece la pena.
En Haro, Asenjo, Rioja y
Patricio andan echando cuentas de la piscina pues, aunque las instalaciones
están muy bien, les cuesta mucho mantenerlas. Hace unos meses llamaron a todos
los pueblos de la comarca para decirnos que nos iban a bajar la tasa por ser
municipios de La Rioja.
También en Haro, Leopoldo,
Susana y Yolanda han quedado para hablar de la fusión del instituto y el
encierro de los profesores. Andan muy preocupados, es normal.
En Ezcaray, Diego –hoy aquí
presente entre el público– ve caer la nieve y esboza una sonrisa pues eso
significa esquiadores en la estación y en el pueblo. Hace falta, especialmente
para el comercio local, que aguanta como puede, aunque, a decir verdad, el
alcalde también sufre con el San Lorenzo, pues últimamente le cuesta ganar en
casa y hace poco que el Casalarreina se llevó los tres puntos.
Cerca de Ezcaray, en Valgañón,
José, su Alcalde, se está preparando a estas horas porque entra a trabajar de
noche en las pistas, donde prepara la nieve que mañana disfrutarán los
esquiadores. Entre tanto, mañana, quitándole horas al sueño de la mañana,
reunirá a sus Concejales para preparar la fiesta de la matanza, que este año
van a organizar para el día 3 de marzo.
En Treviana, Guzmán, el Alcalde,
que hace unas semanas tuvo que salir corriendo de Foncea a media mañana del
andamio y dejar la masa a medio hacer porque habían robado en la Iglesia y el
Ayuntamiento, y aquel día tuvo que perder la mañana para poner una cerraja
nueva y unas rejas en el Ayuntamiento, pues en la iglesia las cambió el cura,
también ha quedado para este fin de semana con Ricardo, el Teniente de Alcalde,
que hoy no tiene clases o esta semana no tiene clases en la Universidad, donde
es Catedrático de Historia, y quieren ultimar un proyecto del románico. Dicen
que merece la pena y que los vecinos les apoyan.
Esta mañana, Javier, el Alcalde
de San Vicente, en la reunión del LEADER que manteníamos en San Asensio, nos
contaba el mal día que le esperaba en la poda si sigue nevando. Pero la labor
hay que ir terminándola, si el tiempo lo permite. Hoy no le tocaba ir al
Ayuntamiento en la dedicación parcial que tiene, pero ha tenido que ir a San
Asensio a una reunión de ADRA y del LEADER.
Mientras quien les habla estaba
en San Asensio también reunido junto con Javier, Roberto y más Alcaldes, en
Casalarreina Esther, Pedro y Maite preparaban los carnavales del sábado en el
frontón, y Agustín, el Teniente de Alcalde, habrá dejado de soldar en su taller
para ir a poner un cerrajón en la captación de agua.
Señoras y señores Diputados,
podría continuar diciendo nombres y apellidos de todos y cada uno de los Alcaldes
y Concejales de nuestra tierra, de los 174 municipios riojanos, o de toda
España, que a esta hora están trabajando por sus conciudadanos. Lo merecen y
por ello es justo que se haga también en esta tribuna. Yo he querido hacerlo.
Señoras y señores diputados,
hoy más que nunca es necesario y justo poner en valor con el ejemplo de algunos
nombres propios que me he permitido citar, de todos los colores políticos, en
representación de los miles y miles de alcaldes y concejales que dedican su
tiempo y su vida a los demás. Es verdad que algunos, los más afortunados,
perciben, percibimos, retribuciones por el trabajo público, en su inmensa mayoría
razonables, de las que no sólo no tenemos que avergonzarnos, sino que se
justifican con el trabajo y dedicación y, en algunos casos, hasta con los
resultados. Otros muchos, la inmensa mayoría, lo hacen sin ni siquiera percibir
un solo euro por su dedicación y esfuerzo. A muchos de esos al parecer les van
a borrar del mapa con una reducción de Concejales por ley que perjudicará
notablemente a nuestros pueblos y ciudades. Parece ser que se va a cambiar la
ley local, al parecer de forma unilateral y sin el consenso necesario.
Señorías, en este momento lo
que toca no es señalar a los Ayuntamientos, ni a los municipios, ni a las
personas que hacen que funcionen los pueblos, cambiando una ley –como les
decía– sin consenso y sin tocar la financiación. No toca suprimir concejales,
no. Señorías, ahora no debe subordinarse a los Alcaldes y Concejales a meros “alguaciles”. Lo que ahora toca es dar
más recursos a los municipios y poner en valor la actuación de esos miles y
miles de concejales, batallón de personas que dignifican la vida política.
Señorías, hoy lo que toca es
decir alto y claro que la Administración Local no derrocha, que no es la
culpable de la situación del país y mucho menos de las noticias a las que
estamos asistiendo atónitos y escandalizados estos días y de las que hoy
también en esta Cámara se sigue sin dar explicaciones, como hemos visto hace un
par de horas.
Señorías, los Alcaldes y Concejales
necesitan un nuevo marco jurídico, sí, y también una ley de haciendas locales
adecuada, pero lo que más necesitan es que su trabajo se ponga en valor y no se
les señale como derrochadores o malos gestores a los que hay que retirarles las
competencias, como si se tratara de niños pequeños a los que hay que controlar,
cuando a los que había que controlar no se les ha controlado.
Desde luego, los socialistas,
con esta propuesta que pretendemos hoy debatir en este Parlamento, queremos
reconocer a esos alcaldes y concejales y que el Gobierno de España apruebe una
ley de Administración local y de financiación local digna que dignifique
también, como lo hacen los concejales y los alcaldes.
Muchas gracias. (Aplausos).
Etiquetas:
alcaldes,
Ayuntamientos,
concejales,
iu,
local,
municipios,
parlamento,
pp,
pr,
psoe
04 febrero, 2013
Balance de 1931...
Los acontecimientos políticos han sido de tal importancia en el año que termina ahora, que han borrado por completo todos los demás; por altos que hayan sido el alcance y la significación de ellos.
La literatura se ha hecho tributaria de la política en el año 1931; en los escaparates de las librerías no se han visto sino cubiertas de volúmenes con estudios y glosas acerca de la cosa pública. Al teatro han llegado también las salpicaduras; desde Felipe Sassone, pasando por Allerti, hasta los autores de saínetes y de piezas alegres y frivolas, se han visto obligados a estudiarlos cambios que en la realidad social de España han penetrado con el cambio del régimen político. La misma vida social ha sufrido una honda perturbación. Unas clases pierden sus posiciones de privilegio y otras desarrollan una marcha ascensional, lenta, pero segura, hacia el bienestar y la riqueza hemos cambiado de rótido solamente: hoy las evoluciones políticas llevan aparejadas las sociales y económicas. Y vivimos un momento de intensa tensión dramática. Estamos en el pórtico o en el prólogo todavía y en el critico instante de levantarse la cortina para empezar la representación, cuyo desenlace desconocemos. Los sacudimientos de Europa llegan, al fin, hasta nosotros, y tenemos que resolver de una vez los problemas que hemos soslayado durante todo el siglo. Ahora vemos claramente que con la Restauración, lejos de continuar la historia de España—como dijo Cánovas—, se interrumpió bruscamente. Y vemos más: que hemos estado soñando, durmiendo a la bartola, aquietados y entumecidos, acaso durante cuatro siglos y medio. La crisis, vista desde lo alto, viene de allá, de muy hondo y de muy largo; y al cobrar el pueblo el pleno uso de su soberanía bajo un régimen plenamente republicano y democrático, hemos de aguantar las convulsiones de los que siempre vivieron sin voluntad y al dictado de los príncipes.
Año cuajado de acontecimientos el 1931, hay que convenir que las cosas se han sucedido de un modo que podemos llamar biológico y normal. Advertimos con el nacimiento del año, reciente el episodio de Jaca, que la autoridad se había asentado del Poder público y que se había hecho netamente revolucionaria y protestatoria. Enseguida, en Carnaval, presenciamos el espectáculo curioso de que un ex Presidente del Consejo, con el asentimiento del entonces jefe del Estado a colaborar en un Gabinete a unos hombres que la ley encarcelaba y procesaba por delitos políticos tan calificados como los de rebelión y sedición.
En marzo, ante un Consejo de Guerra, los acusados se trocaban en fiscales, y los fiscales presenciaban el espectáculo impasibles, porque sin autoridad, los preceptos de una ley escrita, que estaba muerta para el corazón del pueblo, no tenían fuerza bastante para obligar a nadie. En Abril, el cambio de régimen se operaba por una votación ciudadana en los comicios. Todo libaba por sus pasos contados y en sazón. Era la fruta madura que caía del árbol: bastaba con alargar
la mano para gustarla a placer. El que ha dicho que el ex monarca trajo la República, ha dicho una gran verdad. Sin la Dictadura, determinadas fatalidades patológicas la hubieran hecho inevitable; con la Dictadura se trocaba en una letra que tenía que vencer en un plazo necesariamente corto.
Ya en Mayo, esta vergonzosa injusticia que era el estado social de España pugnaba por cambiar, y empezamos a enumerar la lista de todos los problemas que nos habían legado. Eran sencillamente todos los problemas, pero todos. El político, el social, el religioso, el económico; todos. Había que empezar por el principio y que volver las cosas de arriba abajo. El campesino no podía seguir con su explotación secular; se alzaba el campo. La Iglesia queria vivir con sus
privilegios; la Iglesia se resistía. Los espadones grotescos de Marruecos amenazaban; se partieron en pedazos los espadones. Se renovaba el personal político. Se hacían de prisa, sin la selección que sólo puede buscarse en los días normales, las primeras elecciones. Nacía otra España. Funcionan las Cortes durante seis meses. Hacen una nueva Constitución. El año acaba
con la elección presidencial. Tenemos la base jurídica donde asentamos para caminar, o, como ha dicho Ortega y Gasset. «terreno firme para hincar los talones».
Y asi nos despide el año 1931. Todo marcha. España vive. Vive agitada, anhelosa, ensoñadora, porque vive horas de juventud y de esperanza. Tenemos una tarea urgente: la de dar un sentido español a nuestra vida colectiva. La política sigue borrando las demás actividades espirituales del pueblo. Durante el año 1932, que ahora comienza, España tiene que rellenar de la substancia de su Constitución el contenido de sus leyes del porvenir. No le demos vueltas; vamos hacia adelante; lo que pasó, está biológicamente liquidado y muerto. Hoy somos ciudadanos; nada más y nada menos que ciudadanos; todos estamos forjando historia y haciendo patria. ¿No sentís un santo temblor al escribir o al hablar a nuestros hermanos los españoles, en esta hora, cuajada de eternidad?
JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS
Revista Crónica. 27 de diciembre de 1931
La literatura se ha hecho tributaria de la política en el año 1931; en los escaparates de las librerías no se han visto sino cubiertas de volúmenes con estudios y glosas acerca de la cosa pública. Al teatro han llegado también las salpicaduras; desde Felipe Sassone, pasando por Allerti, hasta los autores de saínetes y de piezas alegres y frivolas, se han visto obligados a estudiarlos cambios que en la realidad social de España han penetrado con el cambio del régimen político. La misma vida social ha sufrido una honda perturbación. Unas clases pierden sus posiciones de privilegio y otras desarrollan una marcha ascensional, lenta, pero segura, hacia el bienestar y la riqueza hemos cambiado de rótido solamente: hoy las evoluciones políticas llevan aparejadas las sociales y económicas. Y vivimos un momento de intensa tensión dramática. Estamos en el pórtico o en el prólogo todavía y en el critico instante de levantarse la cortina para empezar la representación, cuyo desenlace desconocemos. Los sacudimientos de Europa llegan, al fin, hasta nosotros, y tenemos que resolver de una vez los problemas que hemos soslayado durante todo el siglo. Ahora vemos claramente que con la Restauración, lejos de continuar la historia de España—como dijo Cánovas—, se interrumpió bruscamente. Y vemos más: que hemos estado soñando, durmiendo a la bartola, aquietados y entumecidos, acaso durante cuatro siglos y medio. La crisis, vista desde lo alto, viene de allá, de muy hondo y de muy largo; y al cobrar el pueblo el pleno uso de su soberanía bajo un régimen plenamente republicano y democrático, hemos de aguantar las convulsiones de los que siempre vivieron sin voluntad y al dictado de los príncipes.
Año cuajado de acontecimientos el 1931, hay que convenir que las cosas se han sucedido de un modo que podemos llamar biológico y normal. Advertimos con el nacimiento del año, reciente el episodio de Jaca, que la autoridad se había asentado del Poder público y que se había hecho netamente revolucionaria y protestatoria. Enseguida, en Carnaval, presenciamos el espectáculo curioso de que un ex Presidente del Consejo, con el asentimiento del entonces jefe del Estado a colaborar en un Gabinete a unos hombres que la ley encarcelaba y procesaba por delitos políticos tan calificados como los de rebelión y sedición.
En marzo, ante un Consejo de Guerra, los acusados se trocaban en fiscales, y los fiscales presenciaban el espectáculo impasibles, porque sin autoridad, los preceptos de una ley escrita, que estaba muerta para el corazón del pueblo, no tenían fuerza bastante para obligar a nadie. En Abril, el cambio de régimen se operaba por una votación ciudadana en los comicios. Todo libaba por sus pasos contados y en sazón. Era la fruta madura que caía del árbol: bastaba con alargar
la mano para gustarla a placer. El que ha dicho que el ex monarca trajo la República, ha dicho una gran verdad. Sin la Dictadura, determinadas fatalidades patológicas la hubieran hecho inevitable; con la Dictadura se trocaba en una letra que tenía que vencer en un plazo necesariamente corto.
Ya en Mayo, esta vergonzosa injusticia que era el estado social de España pugnaba por cambiar, y empezamos a enumerar la lista de todos los problemas que nos habían legado. Eran sencillamente todos los problemas, pero todos. El político, el social, el religioso, el económico; todos. Había que empezar por el principio y que volver las cosas de arriba abajo. El campesino no podía seguir con su explotación secular; se alzaba el campo. La Iglesia queria vivir con sus
privilegios; la Iglesia se resistía. Los espadones grotescos de Marruecos amenazaban; se partieron en pedazos los espadones. Se renovaba el personal político. Se hacían de prisa, sin la selección que sólo puede buscarse en los días normales, las primeras elecciones. Nacía otra España. Funcionan las Cortes durante seis meses. Hacen una nueva Constitución. El año acaba
con la elección presidencial. Tenemos la base jurídica donde asentamos para caminar, o, como ha dicho Ortega y Gasset. «terreno firme para hincar los talones».
Y asi nos despide el año 1931. Todo marcha. España vive. Vive agitada, anhelosa, ensoñadora, porque vive horas de juventud y de esperanza. Tenemos una tarea urgente: la de dar un sentido español a nuestra vida colectiva. La política sigue borrando las demás actividades espirituales del pueblo. Durante el año 1932, que ahora comienza, España tiene que rellenar de la substancia de su Constitución el contenido de sus leyes del porvenir. No le demos vueltas; vamos hacia adelante; lo que pasó, está biológicamente liquidado y muerto. Hoy somos ciudadanos; nada más y nada menos que ciudadanos; todos estamos forjando historia y haciendo patria. ¿No sentís un santo temblor al escribir o al hablar a nuestros hermanos los españoles, en esta hora, cuajada de eternidad?
JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS
Revista Crónica. 27 de diciembre de 1931
Etiquetas:
1931,
crónica,
historia,
periodismo,
segunda república
Suscribirse a:
Entradas (Atom)