Hace poco más de tres años, además de por pura convicción, generé en mi persona, como casi otros 11 millones de españoles, una ilusión por un cambio en el que llevaba trabajando durante años, pero que no llegaba (que pena de Borrell). Sin embargo, apareció allá por el año 2000 una persona, que en poco más de tres años fue capaz de ilusionar al personal y conseguir el milagro, aunque algo tendría que ver, supongo, el llamado sufragio universal, es decir: un hombre, un voto; una mujer, un voto. Y así quisieron, quisimos, que con aquellos 11 millones de papeletas de rosas que se le dieron a Zapatero y al PSOE, se convirtiera en Presidente del Gobierno; eso sí de lo que antes era España, ya que al parecer después de la aprobación del estatuto de Cataluña, ésta ya no existe y se ha debido romper y trocear, según se nos anunciaba hace unos meses por el genio de la derecha española (y yo con estos pelos, que diría Maruja Torres). En fin, que aquella maravillosa noche del 14 de marzo, hubo un...