Luis Solana en su blog, de recomendable lectura, realiza una reflexión sobre lo que pasó ayer en el desfile del 12 de octubre en Madrid, que conviene leer. Copio y pego.
He asistido esta mañana al desfile militar del 12 de octubre. He disfrutado -como siempre- viendo a los soldados españoles y comprobando que los medios de nuestras Fuerzas Armadas se van adecuando rápidamente a las amenazas y a los retos. Y, además, he podido ver de cerca la actitud políticamente belicosa de muchos civiles. Esos gritos contra el presidente Zapatero no eran gritos pidiendo un cambio de gobierno, no, eran gritos pidiendo la liquidación de un partido y sus militantes. Os aseguro que las caras de los que gritaban esta mañana en el desfile daban miedo democrático.
He paseado (como otros años) por zonas de gentes sin invitación especial. Me gusta sentir de cerca lo que ocurre entre la ciudadanía cuando hay actos militares.
He confirmado que los socialistas volvemos a estar en tierra de misión, que tenemos que volver a reconquistar el corazón de la familia militar. No es que esos familiares de los soldados no nos estimen (lo sabemos desde la Transición, salvo excepciones) es que ahora quieren que nos vayamos.
He estado cerca de los grupos que abucheaban al presidente Zapatero; he visto cuántos de ellos eran jóvenes seguramente de Nuevas Generaciones o cosas así, cuántos eran familiares directos de soldados y cuántos estaban allí porque creían que sus ideas les obligaban a gritar contra el socialismo y contra Zapatero. He salido preocupado de lo que nos pasa.
Llevo mucho años trabajando cerca de los militares, de sus problemas y de sus ilusiones y pocas veces como ahora noto que un trabajo democrático de lenta aceptación se puede poner en peligro otra vez. De otra manera, claro, pero otra vez.
Ningún riesgo de que esos gritos de gentes cercanas al PP y a ciertos militares se conviertan en daño irreparable para la Democracia. Pero es muy duro sentir que gentes de la derecha más conservadora vuelven a aparecer en escena precisamente con militares delante.
Comprendo que igual no es el momento más oportuno para arengar a los progresistas de este país, pero alguna tentación tengo. Y algo debo decir porque yo estuve allí oyendo vociferar a algunos.
Vamos a ver amigos y compañeros, simpatizantes socialistas y gentes de progreso: ¿os parece bien que unos familiares de militares y unos militantes de Nuevas Generaciones o del PP abucheen al presidente socialista del gobierno de España durante un desfile militar? Impresentable.
Os lo digo y lo repito: hay una derecha que no quiere ganar unas elecciones y sustituirnos en el gobierno de España, no; hay una derecha que lo que quiere es echarnos a los socialistas del gobierno y de todos lados, quieren que no existamos.
Esta mañana, entre soldados que desfilaban disciplinadamente he sentido el odio de unos españoles hacia el socialismo. No hacia unos errores del socialismo (que ya veremos), no, al socialismo.
Al volver de la Castellana me he cruzado por la calle con un muchacho que tenía toda la pinta de ser del CNI. ¡Cómo me gustaría saber lo que le ha contado a su jefe Sanz Roldán!
Aviso a los socialistas que dudan (que dudamos): no nos quieren derrotar en las urnas, nos quieren echar.
Cuidado que esto se pone serio.
3 comentarios:
exáctamente, y con la inestimable ayuda de la Brunete Mediática, más o menos tapadita o destapada del todo.
Impresentable en un país democrático, tan de extrema derecha como multar y coacionar por parte de dirigentes políticos el poder anunciar en castellano una empresa o negocio en Cataluña
Seamos serios, en este País estas circunstancias se llevan realizando desde hace mucho tiempo.
Acciones de extrema derecha pues sí, lo mismo que perseguir coaccionar y en último caso denunciar a quienes optan por colocar un letrero en Cataluña en castellano. Sin valorar los abucheos de los militantes de los socios del PSC a políticos e instituciones DEMOCRATICAS en Cataluña.
O no es lo mismo?
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