18 marzo, 2007

¿Contribuye el PP hacer un país mejor?

Yo creo que no. Pero para que quien no coincida conmigo, que haberlos haylos, así como 9 millones de personas, no quiero que esta contestación al enunciado parezca que mi parecer a todo lo que hace el PP, o a todo lo que ha hecho, sea negativo (aunque lo sea mayormente). No. De hecho, sin que sirva de precedente (ya que tampoco hay que pasarse y dar muchas bazas al adversario) diré que el haber quitado la mili a mí me pareció una decisión acertada.
No, de lo que ahora se trata es de dilucidar si este PP, en la labor que los ciudadanos le pusieron el 14 de marzo del 2004, con aquellos más de 11 millones de votos para Zapatero, es decir: en la oposición, contribuye a que España (palabra que tanto tienen en boca) sea un país mejor, o si por contra, con su actuación, no suma sino que divide. Yo creo que más bien es esto último. De hecho las manifestaciones a las que nos obsequia, domingo sí, domingo también (y eso que antes le decían a Zapatero "pancartero"), no creo que busquen más que la movilización de su gente, para que la derrota (ellos querrán ganar, claro) electoral de mayo les permita sobrevivir hasta 2008 y tener una oportunidad, aunque sea a costa de llevar toda la crispación (artificial, por otra parte) a los ciudadanos. Creo que esta política de tensión y división (artificial) puede dar su rédito a corto plazo (partido más cohesionado y que no le muevan la silla a Rajoy hasta mayo), pero a la larga no puede ser buena ni siquiera para el PP. Creo que se están pasado de frenada y el centro político, que por otra parte llevan buscando sin querer encontrarlo, se les aleja y con ello sus espectativas electorales. Pero sin duda para quien no es buena esta actitud tan radical y de crispación es para esta España del siglo XXI, que vive con otros problemas y otras preocupaciones que las que el PP intententa forzar. Veremos.
Como dice Forges: "es más lo que nos une que lo que nos separa". Que sea siempre así. Ah, y por cierto: ¡¡¡ No a la guerra !!!
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EL NACIONALISMO ESPAÑOL
Otra cosa, he leído este artículo de Ramoneda en el País y como no puedo estar más de acuerdo con él, lo cuelgo para disfrute y análisis del mismo:
DESPUÉS de tantos años de denostar a los nacionalismos periféricos, los nacionalistas españoles han demostrado comportarse como unos nacionalistas cualquiera, vascos o catalanes, pongamos por caso. La manifestación de banderas del sábado día 10 en Madrid -se veían más rojigualdas que manifestantes- es la culminación de algo obvio pero que muchos negaban, como acostumbra a ocurrir en los nacionalismos con Estado: que el nacionalismo español es tan excluyente, tan victimista y tan sectario como cualquier otro. Y como todos los nacionalismos se define contra otro u otros. La paradoja del nacionalismo español es que, aunque sea por la fuerza de la ley electoral, a veces está obligado a aliarse con los otros nacionalismos que le dan sentido.
En la campaña publicitaria de la manifestación del PP, Mariano Rajoy ya dio el tono, convocando "a la gente sensata y de bien". Es un clásico: el nacionalismo arrogándose el privilegio de otorgar cartas de autenticidad. El líder que cree hacerse fuerte dividiendo a los españoles entre buenos y malos ciudadanos. Los que siguen al PP son gente de bien; los que no, son gente de mal, una amenaza para la patria. El que quiera un certificado de buen patriota, que asista a las manifestaciones del PP.
Después, la apropiación de los símbolos: la bandera, el himno, las canciones de la transición, todo como si fuera patrimonio de un solo partido, que es el que otorga los derechos de la corrección nacional. Con o sin águila, la bandera ya viene suficientemente marcada por los años de franquismo como para que, con este nuevo secuestro, quede perfectamente inutilizada como símbolo colectivo por los siglos de los siglos.
Todos los nacionalismos han utilizado estos mecanismos de exclusión. Frente a la palabra patriota sólo cabe una figura: el traidor. Pero, por lo general, las naciones fuertes e integradas no necesitan recordar permanentemente la frontera que separa al buen del mal ciudadano. Su fuerza les da margen a la tolerancia. La parafernalia nacionalista queda reservada a los ritos oficiales, sin mayor trascendencia. Algo falla cuando los nacionalistas de una nación con poder se comportan igual que los nacionalismos melancólicos con déficit de Estado. Últimamente, una nación tan consagrada como la francesa ha dado síntomas, por ejemplo, en materia lingüística, de comportarse como vascos o catalanes. E incluso algunos han empezado a preguntarse qué era Francia. Pregunta insólita que durante muchos años era retórica, porque sólo se admitía una respuesta: Francia.
Qué es España nunca ha estado del todo claro. Pero hasta la llegada del Partido Popular al poder, un nacionalismo español eficiente, que, superados el trance del 23-F y sus efectos, pocas veces alzaba la voz con la truculencia actual, había ido trampeando las presiones periféricas y las inquietudes centralistas. Aznar reconstruyó la versión fuerte, ideológica y ruidosa del nacionalismo español sobre la base de la lucha antiterrorista. Y Mariano Rajoy ha aprovechado la osadía o la imprudencia de Zapatero para seguir dando alpiste patriotero a su electorado. Cuando el nacionalismo se hace victimista -todos los días se acumulan en la prensa los artículos sobre el fin de España, la destrucción de la patria y otras catástrofes parecidas-, por lo general es que están ocurriendo dos cosas: que hay conciencia de que la vieja idea de la nación, de España, en este caso, ya no se corresponde con la realidad, y que los que se consideran garantes del destino nacional no tienen el poder y apelan a los miedos de la gente para recuperarlo.El presidente Zapatero no es un hombre con la sensibilidad nacionalista a flor de piel. Ha querido resolver el problema de España y quizá esté comprendiendo que no fue en vano que algunos de sus ilustres predecesores -tanto centrales como periféricos- optaran por la convivencia. El sólo hecho de poner sobre la mesa la vaga idea de España plural ha hecho saltar los resortes del nacionalismo español. Y puesto que todo el mundo sabe que el nacionalismo tiene todavía, en todas partes, poder de coacción y capacidad de arrastre, el PP se ha subido con las banderas al monte. Sin duda, es un problema para un Gobierno, en este caso el de Zapatero, perder el control del discurso nacionalista. Pero hay que agradecer al presidente su intento de ir introduciendo a España en un universo posnacional. Me gustaría creer que hay suficientes ciudadanos dispuestos a continuar por esta línea, a pesar de los nacionalismos españoles y periféricos. Desmitificar las patrias sigue siendo la revolución laica pendiente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Felix, de nuevo por aquí.

Ya he leído los dos post que has colgado hoy, el tuyo y el de Ramoneda.
Empezaré por este último, y lamento decirte que estoy totalmente en desacuerdo.
En tanto España es una nación, o Francia, o Bélgica, es lógico que haya nacionalismo español, francés o belga, que abarcan todo el territorio español, francés o belga. Y no creo que sea una ofensa que un ciudadano español exhiba sus símbolos, banderas, himnos, etc., como para que alguien les critique, cuando salen en masa a contrarrestar las políticas separatistas de Zapatero, que quiera apropiárselos.

Si bien Cataluña pudo tener en el pasado cierta autonomia respecto del reino de Aragón, el Pais Vasco nunca ha sido nación, y la prueba está en que hasta la actual vertebracón constitucional del Estado, cada provincia tenía su propia autonomia foral, y creo que las sigue teniendo; de tal forma,que en un hipotético caso de que se produjera la separación del Pais Vasco, y una de sus provincias, Alava, por ejemplo, no secundara la propuesta, Alava dejaría de formar parte del Pais Vasco tal como lo conocemos en la actualidad.

Dice Ramoneda que "hay que agradecer al presidente su intento de ir introduciendo a España en un universo posnacional. Me gustaría creer que hay suficientes ciudadanos dispuestos a continuar por esta línea, a pesar de los nacionalismos españoles y periféricos. Desmitificar las patrias sigue siendo la revolución laica pendiente."
Completamente en desacuerdo, pues si bien me siento ciudadano del mundo, que implica que el mismo fuere un único pais, no creo que Zapatero nos esté metiendo en un universo posnacional, entendiendo el mismo en el sentido supranacional, toda Europa una nación, por ejemplo, antes al contrario, creo que el posnacionalismo zapateril es la balcanización de España, algo por lo que históricamente ya hemos pasado con los reinos de taifas, y tendría que volver a repasarme la historia a ver que tal nos fue entonces, pero creo que nada bien.
Si desmitificar las patrias es para la balcanización de la común, mejor que la dejen como está. ¿Te imaginas a la República Vinícola de La Rioja, con Sanz de presidente e Isasi de embajador ante la ONU? ¿O incluso con Aldama y tú mismo en ambos puestos? Y encima sin ejército, pues el quitar la mili para ti fue una decisión acertada del PP, ¿como os defenderíais dentro de 30 años de las huestes aranianas, para entonces dominando a la nación vecina en una férrea dictadura, no lo dudes, y que han decidido que los caldos alaveses son escasos para tanta trucha del Nervión, y necesitan los vinos riojanos? ¿Se los dariais sin rechistar?. Dilema.
Si la respuesta es sí, porque hay que desmitificar la patria, y al fin y al cabo que mas da ser vasco que riojano, ya somos todos españoles, porque que más da.
Si la respuesta es no, pues defenderiais los caldos riojanos con uñas y dientes; es exactamente lo que ayer hicieron los navarros, que tampoco quieren ser vascos,
y que también entienden que Zapatero está cediendo al chantaje, experimentando con las patrias, pero en el sentido contrario al que sería conveniente. Yo vería bien una entidad supranacional, lo que no veo bien es la balcanización que se avecina. Porque no te engañes. Si por un azar Navarra se convierte en la cuarta provincia vasca, las fichas del dominó autonómico se moverán en cadena. Sin embargo creo que Navarra seguirá siendo Navarra, sin más.

En cuanto a tu post, aun no siendo votante del PP, tampoco estoy muy de acuerdo con tu planteamiento.

El PP hizo cosas positivas, la política económica y sobre todo la política antiterrorista fue para quitarse el sombrero, nunca la ETA estuvo tan en horas bajas como con el PP.
Si tienen a España en la boca, es porque es lo que toca defender ante el separatismo terrorista. No olvides que la ETA todavía no ha renunciado a ninguno de sus planteamientos maximalistas, y si le están dando oxígeno a Zapatero es por puro interés, mientras se rearman, pero sin que le tiemble el pulso a la hora de recordarle quién manda (que no es Zapatero, no te engañes) como se vio en el atentado de Barajas. Y soy de los que piensan que Zapatero está desarrollando una política errática, abriendo heridas históricas y creando problemas con mas facilidad que restañando heridas y resolver problemas que es lo que importa. Es decir, mirar al futuro y gobernar para todos, sin demagogia.

Afortunadamente, también pienso que es mas lo que nos une que lo que nos separa.

Y también No a la Guerra... en Afganistán. Que en Irak creo que ya no tenemos tropas.

Un saludo y a por el cambio en La Rioja. ¿La quinta provincia vasca?

Anónimo dijo...

Me asombra tanta discusion profunda sobre un tema que es mas de visceras que de razon. Todos somos nacionalistas de los nuestros. Y todos somos antinacionalistas de lo de los demas. Los vascos y catalanes que son nacionalistas, lo son porque creen que ello les beneficia. Como dice un profesor mio ser nacionalista es un acto de voluntad, no de derechos o de razones. La historia ya se contara como haga falta para que nos de la razon.
Zapatero se apoya en los nacionalismos porque es lo unico que puede hacer si quiere gobernar, no porque quiera el estado confederal al que nos lleva. El PP, como heredero del franquismo no sabe quitarse esa losa de encima que le va a llevar muchos años a la oposicion. Y la gente que queremos liberalismo en todos los campos, con intervencion del estado solo en temas basicos y consensuados, de forma que el individuo decida sin ideologias trasnochadas, nos encontramos que se nos empuja a pasar de la politica y los politicos. En el tema de los nacionalismos viva Zapatero. Con respecto a la alianza de civilizaciones incompatibles, como los musulmanes, cero zapatero

Anónimo dijo...

CAPEROS

¿ES VERDAD QUE INSULTASTE AL PADRE FALLECIDO DE JOSÉ IGNACIO CENICEROS?

LE PEDIRÍAS PERDÓN DESPUÉS, ¿NO?

Anónimo dijo...

Francamente creo que no, esta ausente por completo de su responsabilidad de oposición. Las instituciones las respeta a su manera ejem. " Sanz y su que les den, y el navarro yendo mas lejos si cabe utilizando la Corona como si de un juego de niños se tratase. Podemos seguir poniendo ejemplos pero siguiendo día a día su comportamiento siento autentico hastío.
Ánimo Félix .