Hoy varios de sus supervivientes (memoria viva del horror), quizá ya por poco tiempo, pues rondan los noventa y tantos, han estado allí para conmemorar hoy su liberación hace 65 años. Pero, sobre todo, han estado allí para recordar a las generaciones actuales y venideras que no podemos, ni debemos, olvidar jamás el horror allí producido. Jorge Semprún, Virgilio Peña, Vicente García (sus nombres en oro, esos sí que son héroes) han rememorado el día de su libertad, y es estremecedor leer sus testimonios y sentimientos. Por eso merece la pena leer la crónica de Juan Cruz en el diario El País, así como el libro de Jorge Semprún, "La escritura o la vida" en la que podemos entender mejor el infierno por el que pasaron estos hombres. Va por ellos.
Que el horror de Buchenwald nunca sea olvidado.


2 comentarios:
Muchas gracias por esta entrada. Los horribles actos deshumanizadores cometidos en aquellos lugares no deben caer en el olvido.
Un saludo.
Rubén, gracias por tu comentario. Por cierto, bonito blog y maravillosa tierra la tuya.
Un saludo
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